lunes, 11 de noviembre de 2013

Los Zartos (P8)

Diego preguntó al híbrido -¿dónde está?- pero el híbrido sólo gruñó. -¡¿Cómo qué aún no la has encontrado?! ¡Vas a ver Mizu! Mira que ser inútil justo cuando te necesitaba!- empecé a pensar en una cosa: ¿Mizu no es nombre como para mujer? ¿No qué todos los híbridos son machos? ¡¿Qué mierda estaba pasando aquí?! -Deja que volvamos a Zartón, te castigaré. Lo importante ahora es encontrarla, debemos encontrarla aunque sea lo último que haga yo en toda mi vida, o dejo de llamarme Diego II- Se "calmó" un poco y dijo -Eres más torpe que Sebastian, ¡él ya la habría encontrado! ¡NO SÉ NI PARA QUÉ TE FABRICAMOS!- La híbrida se agachó, mostrando que estaba apenada, pero no fue capaz de verme. Diego empezó a buscar en todos lados, podía escuchar su nariz aspirando fuertemente -Algo chorrea- dijo él. En efecto, por el miedo, yo había perdido el control de mi cuerpo. No solo sudé un montón, sino que también me oriné encima. Diego se agachó, metió sus manos bajo la cama y buscó a tientas, seguro para encontrarme.

No encontró nada. No me rozó siquiera. Pero no contento con eso dio una especie de orden -Mizu- en seguida la híbrida sacó su larga lengua, tomó la cama y la echó fuera a través de la ventana. Diego me tomó de la camisa del pijama ¡era tremendamente fuerte! ¡Mira que levantarme como si yo fuese a pesar lo que un cachorro en manos de un hombre adulto! Me miró de arriba a bajo y, con tono curioso, dijo -Cuanto... mmm... ¿Qué se supone qué es esto?- Lo miré con desprecio y dije -¡Yo no lo sé!- Entonces se burló -Mira nada más, si estás toda mojada y apestas ¿perdiste el control de tu cuerpo? ¡Débil humana! Te measte encima jajajá- me disgustó mucho oír eso, su observación era clara y precisa. Irrumpió mi vergüenza diciendo -Bueno, eso no importa... Ahora que estás en mis manos solo basta decidir ¿qué haré contigo?- En todo ese rato no me atreví a mirarlo a la cara, pero entonces me fijé y lo que vi me sorprendió -¡¿Lucas?!- Una vez más estalló en burlas -¡Que chiquilla tan imbécil! ¡Jamás te diste cuenta! ¡Todo era una trampa para localizarte, por eso, ni intentes usar esa arma de juguete, solo sirven una vez!- La ira se veía en mis ojos, justo entonces empezó a enumerar los trabajos a los que podía forzarme: Encargarme de los híbridos, ser su masajista personal, lavar su ropa sudada... La lista creció y creció hasta que Mizu se acercó a Olisquearme.

La cara de burlas de Diego cambió por una más seria -¿estás segura?- preguntó a la híbrido, mientras está empezaba a lamerme el vientre. Era una cara cercana al enojo, como si se hubiera dado cuenta de que cometió un descuido o imprudencia. ¿Sería lo que estoy pensando? Trató de recuperar el control de sí mismo y continuó -Me vendría bien que trabajases directamente para mi. Te ofrezco la oportunidad de vivir como una princesa, después de todo soy un príncipe, solo debes jurarme lealtad ¿qué dices?-

Me lo pensé un poco, era una oferta MUY tentadora, sin embargo mi orgullo estaba de por medio. Me apresuré a responder -Digo que...- pero me entraron unas fuertes nauseas y vomité sobre él. Me soltó y trató de limpiarse... -Que asco ¡Dios! ¿Por qué eres así? ¿No podías avisar al menos?- Apreveché y tomé el arma, apuntándole -No dudaré ni un segundo en dispararte- Siguió limpiándose como si nada -Ya te dije que ese juguete solo funciona una vez y ni siquiera hace daño- Disparé de todas formas, pero salió algo parecido a una pelota de algodón, por lo que Diego ni se inmutó -Mira que eres asquerosa, eh- Seguí disparando pero nada pasaba. Mizu me agarró usando su lengua como cuerda. Junto a diego se materializó un tipo extraño de jaula, entonces me dijo -Tienes dos opciones: o entras por las buenas o entras por las malas- Puse cara de enojo, prácticamente le estaba gruñendo, entonces le dije -Contigo... jamás haré nada por las buenas- le dediqué una mirada odiosa. Diego se sonrió, como si hubiera estado esperando el reto, y sus ojos rojos brillaron -Uy, la nenita tiene carácter, ¡eso me encanta!- Me colocó un collar, oprimió uno de los botones de este y yo simplemente me desmayé. Supongo que estuve en la jaula, no lo tengo claro, per oal despertar me encontraba en una celda, verde, pareces que parecían sólo rayos de luz, todo se movía a mi al rededor y volví a perder el conocimiento...

Continuará...  

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