jueves, 5 de diciembre de 2013

Es mi hermano, ¿no? (P5)

Aproximadamente un año después de nuestro nacimiento la salud de mi abuelo Armando empezó a decaer. Por alguna extraña razón parecía estar muriendo, pero los médicos eran incapaces de saber cual era la razón de aquello. Unas extrañas manchas negras y rojas había brotado de su cabeza y su muñeca, justo en las partes donde las Sagradas Escrituras señalan que los seguidos de La Bestia tendrían la marca.

Estas manchas iban extendiendose más y más con el pasar de los días la mancha iba creciendo. En la noche medía 3 cm y a la mañana siguiente 4 y así sucesivamente. Mi abuela dice que, en la noche, se quedaba despierta mirándole la cabeza y la muñeca para ver con asombro como crecían las manchas.

Un buen día, las manchas ya cubrían por completo sus muñecas y su cabeza. Lo que antes eran muñecas blancas, casi albinas, ahora eran carne roja que parecía haber sido quemada. Lo que antes era una brillante cabeza calva, cubierta a penas por el pelo blancusco de una barba y bigote, ahora no era más que un trozo de carbón. Justo ese día, Dulce, la bruja de hace 23 años, fue a verle.

Entró con el permiso de mi abuela, quien ya la conocía pues fue la partera. La señora, que tendría algunos 60 años (nadie sabía su edad con certeza), fue directo a la habitación y, cogiendo una silla, se sentó junto a la cama a hablar con el enfermo, quien la miraba pidiendo clemencia. -Jajaja ¡viejo tonto!- dijo ella -¿En serio creíste que te daría tanto sin una recompensa? ¿Crees que daría tanto por ese "favor" que podría haber cumplido igual sin tu ayuda? ¡No! Era obvio que te lo iba a cobrar de la peor manera ¡es hora de que partas de este mundo y te encamines a pagar el precio de tu avaricia!- el enfermo echó un fuerte grito, digno de un demonio en pleno exorcismo, y luego cerró los ojos... Esta vez para siempre...

Sobra decir lo triste que fue el entierro ¡no importa lo malo que seas, según tus conocidos eres el mejor el día de tu muerte! La hermana pareja (es decir, hermana de padre y madre) de mi madre me sostenía ese día, mientras mi madre tomaba en brazos a Chad. Mi abuela lloraba disimuladamente mientras recibía a los otros hijos de mi abuelo, fruto de infidelidades y antiguos matrimonios. Juntos hacían un total de 10 hijos e hijas.

Las hijas si lloraban a gritos la muerte de su padre pero, como se ve en muchos entierros en República Dominicana (algo que de verdad no podemos negar) siempre están los viejos insensibles que solo van a juntarse y, quizá, a beberse algún trago de alcohol o sólo probar el café frío que sirven. Las mujeres, por su lado, pueden ir a chismear o cotillear sobre la casa, la decoración, la comida que ofreció la familia e, incluso, la ropa con la que van vestidas las demás personas y hasta el muerto ¡ay de las veces que se moría un hombre y aparecía la amante en el velorio! ¡Que manera de criticar tienen algunas mujeres!

El entierro se produjo esa misma tarde. Aunque por lo general las familias velan a sus muertos por uno o dos días (en casa o la funeraria) si moría de ciertas enfermedades debía enterrarse rápidamente, debido al deterioro del cuerpo. En este caso el cuerpo se deterioraba a una velocidad extrema, el velorio no pudo durar más de tres horas, contando la misa, porque la peste era insoportable.

Sucedió que, a pesar del cloroformo invertido, el cuerpo se estaba pudriendo rápidamente. Las moscas empezaron a volar por todos lados y la peste a carne podrida invadía el aire. No importaba con que te cubrieras la nariz, eras capaz de oler ese podredumbre. Según sé, Chad empezó a reír. Por lo general, la risa de un bebé es uno de los mejores espectáculos y, en este caso, no fue la excepción. Atrajo la atención de todos, pero no se percataban de que mientras más reía el bebé, más moscas se acercaban y más apestaba el cadáver. Empecé a llorar y mis gritos rompieron el encantamiento, entonces fue cuando se enteraron del estado del muerto. Cuando se fijaron de cerca, ya se podían ver gusanos asomándose por la cabeza, era todo un asco.Cerraron el ataúd e, inmediatamente, procedieron a caminar al cementerio, donde enterrarían a Armando.

Luego de eso nada más fue digno de contar. El Baca seguía haciendo su trabajo a pesar de la muerte de su amo y nada más pasó hasta después de unos años.

A los 4 años yo era lo considerado normal. Tenía en casa un N64 (también conocido como Proyecto 64) que me dedicaba a jugar, digamos que eso era lo más "increíble" de mí. Sin embargo mi hermano desarrollaba otras cosas. Tenía un habla bastante clara y precisa, además de gran habilidad para dibujar y, su dote más famoso, la habilidad de convencer.

Su habilidad para convencer a la gente era demasiado buena para tener solo cuatro añitos. Mi hermano era capaz de hacer que cualquier persona hiciera lo que él quería, todas excepto mi madre...


Continuará...

4 comentarios:

  1. Buena narrativa, pero me he perdido con la cronología de los personajes, en el cap 4 ya Amelia era la que narraba, asumí que ya tenia cierta edad.....pero en este capitulo la historia es contada entre la primera persona(Amelia) y la autora y me doy cuenta que Amelia es apenas una bebé de brazos....interesante!
    Y la descripción del entierro y la risa sobrenatural de Chad, las moscas y como Amelia hace que con su llanto todo se calme...me encantó!

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    1. NO te preocupes, pronto se aclarará porque se narra en la persona de Amelia cuando ella era solo una bebé :3

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    2. Oh! Muy bien! Entonces ahora será Amelia quien narre el resto de la historia! Cool!

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