Damian seguía leyendo su libro, estaba sentado en la cama y no parecía tener ganas de dejar su lectura. Las chicas se sentaron en unas sillas que estaban junto a la cama. Quietas y en silencio observaron como las páginas iban de un lado a otra del libro, sin embargo no se atrevían a empezar la conversación. Tres suaves toques se escucharon en la puerta y la jefa de sirvientas apareció tras la puerta.
Con una sonrisa puso la bandeja sobre una mesita, aparentemente Damian había estado usándola para comer sin salir del cuarto. Ella ayudó a Damian a acomodarse y empezó a repartir las rebanadas de pastel, una para cada uno de ellos, acompañadas de un vaso de jugo de naranjas natural. Los tres agradecieron. Damian sonrió como un niño y dijo -Tía, si me alimentas así harás que me ponga gordo jejeje- la jefa respondió -Todo es poco para mi niño consentido- Desde peque Damian llamaba "Tía" a la señora, después de todo, la conocía desde que nació.
Alice empezó a comer el pastel, le encantó y lo demostró con un gesto, lo cual hizo a Damian probarlo. Damian empezó a comer su pastel lentamente, saboreándolo. Kim temblaba más que estudiante de cocina en torneo mundial de Rey Chef. -Está bueno- dijo Damian, y siguió comiendo. Kim se relajó un poco "ya tengo un punto a mi favor, supongo" pensó. Damian y Alice terminaron de comer, pero Kim no había ni probado el suyo. -Oye, histérica- dijo Damian refiriéndose a Kimberly -¿te vas a comer eso?-.
Kimberly cedió el plato sin quejas. Damian comió el trozo sin detenerse a saborear demasiado ¡a la mierda todo! Ya tenía su aprobación -Soy quisquilloso con la comida, sin embargo este pastel está genial- Se tomó todo el jugo de un sentón y dio un suspiro.
Dirigió la mirada a las chicas, quienes lo observaban como un perro que espera las palmadas de su amo -Vale, supongo que ya que están aquí es porque quieren algo- Kim titubeó y empezó a temblar, Alice tomó sus manos de forma disimulada, así que Kim dijo -He venido a pedirte perdón- Damian sonrió con picardía... Era el momento que había estado esperando desde que despertó, disimuló eso y empezó a hablar con una mezcla de seriedad y sarcasmo -¡oh vaya! ¿En serio? Pues no me lo creo. Como sabes lo que me hiciste es bastante grave, incluso aún tengo una pierna rota y ni hablar de mi mano. Como podrás observar tengo que hasta comer en cama, así que es bastante drástico, sin mencionar que tendré que perder algo de clase ¡cosa que apenas iniciábamos! Según el código penal de esta isla esto podría clasificarse como intento de homicidio ¡deberías besar mi yeso como agradecimiento de que aún no estás presa!-
Alice se moridó el labio. Kim estaba al borde del ataque de nervios -¡Damian, eso es chantaje!- dijo Alice para defender a su amiga -Puede ser, pero creo que lo que voy a proponerle a continuación es mucho mejor que sus posibilidades ante la ley ¡imagina que podría acarrear 15 años de cárcel! Con lo buenos que son los abogados de mis padres podrían ser más...- Kim tembló de forma violenta, Damian apartó la mirada esperando la reacción deseada, Alice dijo -No sé que vas a proponerle, pero... ¿Si ayudo... Puedes reducir el precio?- Damian sonrió para sus adentros, una palabra de Kim y él obtendría lo que quería, trató de mostrar desinterés -Puede ser- dijo.
Kim se pensó un poco ¿cárcel o hacer algo para Damian? Sea lo que sea, no podría ser peor que pasar 15 años encerrada... -¿Qué... Qué tengo que hacer?- Damian se sorprendió ¿En realidad estaba pasando? Se giró sonriendo con pícardia -Tú solo debes...
Continuará...
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