miércoles, 20 de noviembre de 2013

Es mi hermano, ¿no? (P2)

La tierra que había adoptado forma de embudo también formó un tobogán, pero Armando era tan mezquino que ni siquiera ofreció gritos de terror. Sin embargo, la tierra le raspaba, le arrancaba la piel y los quejidos bajos. La sensación era similar a los toboganes de las piscinas cuando están secos igual que tu piel, arden, raspan, lastiman e irritan de manera muy sobrenatural.

Cayó durante unos 3 minutos y, al llegar al final, quedó sentado en un pedazo de tierra, era una isla en un mar de lava hirviendo. Frente a él estaba acostado un enorme toro negro, de enormes cuernos, pero que parecía bastante fiero, su mirada era de pura rabia.

Armando estaba muy asustado, trató de retroceder pero ¿qué haría? Después de todo estaba atrapado en una pequeña isla rodeada de lava. -Tranquilo- le dijo una voz... Entonces Armando dirigió su vista a la lava. Sobre ella estaba caminando ¿un hombre? La verdad no tenía certeza de ello, era demasiado "hermoso" para serlo. El ser continuó diciendo -Él no te lastimará, no le he dado esa orden... Aún...- era obvio que se refería al toro ¿tenía algún poder especial sobre aquella bestia? Y, lo más importante, ¡¿Cómo Coño Podía Caminar Sobre Lava?! Una vez vencido el miedo Armando gritó -¡¿Quién eres?! ¡¿Qué pasa aquí?! ¡¿Dónde estamos?!- El ser llegó a la "isla", se sentó sobre el lomo del toro, y dijo -Estás dentro de las entrañas de la tierra., mi nombre es Lucifer y nosotros haremos un trato...-

Armando sonrió, esto era lo que estaba esperando desde hace mucho -Vale "Luci"- dijo Armando como burla -Hablemos de lo que me toca hacer- Lucifer esbozó una sonrisa de oreja a oreja y aclaró -Por lo general pido sacrificios de la misma sangre, pero este torito lo puedes mantener con sacrificios de animales pequeños, después de todo, necesito a tu familia para "mi plan"- -¿Tú plan?- -El hijo de Dios nace de una virgen... Pues el mio ha de nacer de la fornicación...-

Armando se lo estaba pensando. ¿Qué ser puede ser tan egoísta y desconsiderado como para no pensar en el daño que le haría a los demás con esta acción? -Dentro de unos años tendrás una hija, luego tu hija tendrá un hijo y ese niño, que nacerá dentro de 23 años, será el mío... Si aceptas, este toro y sus riquezas serán tuyas-  Armando sonrió de nuevo y apretó la mano de aquel ser, cerrando el acuerdo que podría condenarnos a todos para siempre...

Todo se volvió negro y Armando despertó justo al lado del huevo roto. Ya estaba amaneciendo y, junto a él, se encontraba el toro, signo de que todo aquello había sido más que un sueño.


Continuará...


Aquí algunas razones de por qué elegí el número 23.




1 comentario:

  1. Ay! Esta historia me encanta!!! No me imagino lo que sigue! Que emoción!!!!

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