viernes, 22 de noviembre de 2013

El Lazo en el Meñique (P10)

Me puse a pensar ¿quién sería aquella persona que también puede ver mis sueños? -¿Quién? ¡¿Quién?!- dije en voz alta. Entonces levanté la mirada y vi el cuadro que Chad me dio, estaba colgado en la pared -Mi madre lo habrá colgado anoche... Mmm- Recordé entonces ese sueño, ese que tuve con Daca volando -¡Eso es! ¡Estuvo frente a mí todo el tiempo!- Era algo más que lógico. Yo soñé esa escena y alguien pintó el cuadro, la persona que lo pintó dijo "Lo vi en un sueño" así que, la única persona que puede compartir mis sueños es -¡La misma que pintó el cuadro!- Grité con entusiasmo. Miré el reloj, era lunes por la mañana -¡Joder! Mi examen de ingreso a la universidad es en una hora- Me levanté y empecé la típica rutina, mientras pensaba en un plan para desenmascarar a ese chico, el que comparte conmigo un lazo.

Llegué a la universidad. Era muy simple, solo debía llenar unos papeles que medirían mi conocimiento, inteligencia y percepción del mundo que me rodea, algo muy sencillo ¡si yo no estuviera tan loca! Me tomó aproximadamente dos horas llenar los enormes folios. Al momento de entregarlos me acordé de algo: no vi a Chad esta mañana en la ventana, justo este día, luego de aquello con Daca, Chad no estaba. Me levanté de mi asiento y fui al escritorio del supervisor, justo veo la mano de alguien más que pasa sus hojas. Sigo dicha mano hasta su origen y me encuentro, justamente, con mi galante vecino. Nuestras miradas se cruzaron. La del supervisor se fijó sobre nosotros y luego, con "amabilidad" nos pidió salir del aula para seguir intercambiando miradas.

Al salir empezamos a hablar, podíamos irnos a casa y ya que eramos vecinos ¿por qué no irnos juntos? -Entonces... ¿Chad? Fue raro no verte en la ventana esta mañana- dije, esbozó una sonrisa picarona -Ohhh, ¿ahora me vigilas por la ventana? ¿No será que te gusto?- Me sonrojé ¡vale que mi vecino era muy atractivo! ¿Pero tenía que expresarse así -¡No... No seas tonto! Yo... Yo solo quería ver si estabas pintando algo- desvié la mirada, entonces me dijo -Si ese es tu argumento, entonces te invito a mi casa. Esta tarde, mis padres no estarán durante toda la semana, tienen una segunda luna de miel. Ve a las 6pm, nos divertiremos- Asentí con la cabeza y pensé "seguro que sí". Nos fuimos juntos a casa.

 -Ya llegué- dije al entrar, pero mi madre no estaba en casa, en su lugar sólo había una nota que leí en voz alta -"Hija, llegaré tarde (no me esperes despierta) la comida está en el microondas y la cena en la nevera, te dejé un pastel de postre (cuidado con hacer algo junto al vecino ¬¬). Cariños, mamá" No sé para que digo que llegué, jamás hay nadie para recibirme... Esto es un asco- Me fui a la mesa, donde me tiré a lamentarme de la vida esperando la hora para ir a casa de Chad, pero lo que más quería era dormir... Quería ver a Daca. Decidí que las penas con pan son menos, así que me puse a comer mientras veía TV en el sofá, reservaría el pastel como regalo a mi (guapísimo) vecino que estaba solito.

Al fin ¡el reloj marcaba las 5:30! Me paré del sofá, donde había estado echando raíces desde medio día, me duché y me hice una patita de gato (me arreglé) para ir a ver a Chad.

Tomé el pastel, eran justo dos rebanadas (¿a caso mamá esperaba que yo lo viese? ¬¬) y fui a la casa de al lado. Me paré frente a la puerta, suspiré y toqué con delicadeza, tratando de mostrar un poco de gracia femenina (algo que no poseo en cantidad) -¡Ya voy!- gritó él desde dentro, así que espere. Nadie se imagina mi sorpresa cuando, al abrirse la puerta, me encontré a Chad sin camiseta. Estaba descalzo y llevaba solo Jeans largos, los mismos con los que lo había visto esta mañana, además, su hermoso cabello rubio estaba totalmente revuelto. Recuerdo que pensé para mis adentros "¡Dios mío! ¡Que orgasmo visual! Debe estar sangrándome la nariz..."

Mientras yo babeaba, él deslizó sus manos suavemente por mi cintura -O entras o te entro- dijó, entonces me soltó y cogió el pastel -Si no ¿quién me va a dar pastel?- concluyó. Entré conteniendo la vergüenza y entonces él me llevó a su habitación. Lo primero que hice fue mirar pr la ventana, para asegurarme de que nada comprometedor pudiera verse desde allí. Él no tomó la iniciativa de vestirse y se puso a pintar -Mi cuarto es mi galería de Arte, puedes ver todo lo que quieras pero no toques nada, muchas están frescas- Había al rededor de 20 cuadros, quizá más -¿Qué pintas?- pregunté -Algo que soñé anoche- respondió. Miré el dibujo ¡era el planeta que describió Daca en la leyenda! -Un ángel me describió todo eso anoche- aclaró él. ¡Ya no había duda, Chad era el chico azul y yo estaba enlazada a él a través de mi meñique!

Continuará...

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