lunes, 12 de agosto de 2013

Triángulo Trumático (P4)

(P4)

Entre sus torpes pasos, los cuales daba mientras pensaba, alcanzó a ver el colegio y aún le quedaban veinte minutos antes del comienzo de clase, por lo cual se apuró, quería ver el lugar.

Una vez entró se quedo maravillado, era un colegio enorme, ocupaba varias manzanas. Tenía cancha de football, tenis, basketball, volleyball y una piscina techada. Además un pequeño espacio para hacer atletismo. -Este lugar es demasiado grande ¿tendrá una biblioteca a la altura?- Damian era un joven con cuerpo de infarto (es decir, bastante musculoso) pero el musculo que más le interesaba ejercitar era el cerebro, amaba leer y podía hacerlo en varios idiomas.

-Mi salón es 3E- empezó a caminar buscando dicha aula, para encontrarla tuvo que subir al tercer piso, era la quinta aula de su izquierda. Entró abriendo la puerta suavemente, tratando de no perturbar a las personas que ya estaban adentro conversando, felices de haberse reencontrado para estar otro año juntos en clase. Tomó una butaca vacía por asiento para el resto del año, su lugar era junto a la ventana, tercera butaca de la primera fila.

Todas las chicas clavaron su mirada en él, empezando la "valoración del producto", no paraban de susurrar y eso le molestaba un poco. Sacó un libro pequeño de su mochila y empezó a leer, era un diccionario de "inglés-español". Sacaba la vista del diccionario por momentos para mirar a sus nuevas compañeras. -¡HOLA!- un fuerte grito irrumpió su meditación - Soy Matías- Damian lo miró por un momento, era un chico de estatura baja, delgado, pelo rubio rizado y aparentemente, era el pervertido de la clase. -Con que viendo a las chicas ¿no picarón? Te entiendo perfectamente, ¿como no mirarlas? Esas suaves piernas, esas faldas a la atura de la rodilla que siempre enrrollan para que se vean más cortas, esos pechos preciosos... Las chcias de esta clase siempre ha sido un deleite a mis ojos. Por cierto ¿cómo te llamas?- Damian pestañó y miró su diccionario un segun -Mi nombre es Damian- Matías notó que hablaba inglés y trato de calmarse un poco -Bueno, bienvenido a la isla Sandy ¿de donde eres?- Damian suspiró - Soy de Londres-.

Matías y Damian conversaron un par de minutos y ya eran pasadas las ocho de la mañana, pero el timbre aún no había sonado. Aun así todos trataban de entrar a su salón para así poder conocer mejor a sus nuevos compañeros. En el tumulto una chica tropezó y se cayó cerca de su asiento, por lo que Damian se levantó y la ayudó. Una vez la tenía en sus brazos se fijó en su rostro. Era pálida, ojos marrones, pelo castaño corto y suave, delgada, pecho mediano, bajita y parecía una muñeca de porcelana. Su rostro irradiaba una inocencia que pocas veces podía percibirse en un rostro ajeno aun niño pequeño -Esto... gracias...- dijo la chica, mientras observaba los hermosos ojos verdes de Damian y se perdía entre el dulce aroma de su cuerpo, ruborizándose completamente. Damian sintió el roce de su suave piel y empezó a temblar sin poder hablar, la chica era, aparentemente, lo que él siempre había querido. Sintió su sangre fluir a sitios más incómodos. Estaba experimentando una erección teniendo a la chica justo entre sus brazos, estrechada fuertemente contra su cuerpo.

Mientras ellos dos transcurrían en ese momento todos quedaron mirando, nadie podría creer que alguien se había atrevido a tocar a Alice en ese lugar... Nadie era tan valiente o tan tonto... Los murmullos no se hicieron esperar. De pronto unas grandes y fuertes pisadas empezaron a acercarse, cada vez más y más cerca, mientras los murmullos se hacían más fuertes...


                                                                                                Continuará....

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